Gustavo Rosas

Músculo emocional

Para Gus y Juan Pa.

Desafío y respuesta. De acuerdo a Emerhold en estas dos palabras se resume la historia de la humanidad, que es la suma de las historias personales. Desafío y respuesta. Para responder correctamente una vez es necesario tener energía y conocimiento (por una vez puede sólo requerirse de buena fortuna), pero para responder continuamente, día a día, hace falta además determinación, para conseguir un propósito, y hace falta persistencia, para no rendirnos antes de llegar a la meta, hace falta que crezca la musculatura emocional.

Los músculos emocionales, como si se tratara de los bíceps o de los abdominales, requieren de un entrenamiento en el que se tensen lo suficiente para que vayan creciendo poco a poco, hace falta que se rompan algunas fibras que luego se regeneren con fibras más grandes, hace falta estirarlos para que sean flexibles y hacen falta las repeticiones para que se hagan resistentes.

Dolor y ganancia, el entrenamiento suele ser aburrido y sofocante, rutinario, desgastante, cansado, pero al final rinde frutos. A los músculos del cuerpo se les entrena con ejercicio físico: corriendo, con pesas, caminando, nadando, etc. A los músculos emocionales se les entrena generando buenas relaciones y conservándolas, ese es el ejercicio, sobreponerse a las ganas de mandar todo a la basura, aprendiendo a resistir los “no” y las incertidumbres, venciendo el aburrimiento, superando los malos momentos, aceptando los cambios, superando los duelos, tolerando la frustración, controlando la ira.

Hacer músculo no es un tema de apariencia, es un tema de salud, ya sea salud física o salud emocional, no es un tema opcional es un tema de bienestar. Correr un maratón sin entrenamiento es tan difícil y peligroso como superar las etapas de la vida sin entrenar emocionalmente, un matrimonio se “corre bien” por que se “entrena” estando atento todos los días a los pequeños cambios, a un cliente grande se le gana y se le conserva porque “se entrena día a día” respondiendo a las solicitudes continuas de otros clientes y trabajos “más pequeños” y aparentemente sin importancia. Una carrera universitaria no sólo requiere de estudio, hace falta también superar las frustraciones de maestros exigentes, demandantes e insaciables, hace falta “correr” todos los días.

Como en el entrenamiento físico el músculo se genera imperceptiblemente, poco a poco, es cuestión de disciplina, de no abandonar y de entender que todo cuenta, hasta lo que parece insignificante. Como en todo proceso de vida no es posible ganar músculo haciendo todo el ejercicio una noche antes o todo en un sólo día, el ciclo es: tensión (estrés), descanso y crecimiento.

¿Cuándo puedo dejar de entrenar? la respuesta es tan simple como contundente: nunca. Cualquier músculo, incluido el músculo emocional si no se usa se atrofia. Entrenar con compañía lo hace siempre más fácil.

De pronto, así, sin darte cuenta, un día estás cruzando la meta, aparentemente sin esfuerzo y sin desgaste, fuerte y brillante, cada día en menor tiempo, los músculos han hecho su trabajo porque han sido entrenados. Descansas un poco… y después, tienes que seguir entrenando para superar la próxima meta.

Hacer músculo al principio es también un acto de fe, de creer en lo que hoy no puede verse y de actuar a pesar de no verlo, ya lo dijo Roosevelt, “la carrera de la vida no la gana el más veloz o el más fuerte, sino aquel que cree poder hacerlo”.

Gustavo Rosas Goiz
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Lo mío es contar, por eso cuento lo que se cuenta. Lo que sé: cuenta.

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