El ejército mexicano avanza hacia El Álamo, en el final de lo que sería conocido como la Batalla de El Álamo, evento crucial en la Revolución de Texas. Después de repeler dos ataques, los texanos no pudieron defenderse de un tercero. Mientras los soldados mexicanos escalaban los muros, la mayoría de los soldados texanos se retiraron al interior del edificio. Los defensores que no pudieron llegar a estos puntos fueron asesinados por la caballería mexicana mientras intentaban escapar. La noticia de la derrota texana provocó pánico, conocido como The Runaway Scrape, en la que el ejército texano, la mayoría colonos, y el gobierno de la nueva República de Texas, huyó del avance del ejército mexicano. La percepción de crueldad del presidente General Antonio López de Santa Anna durante la batalla, inspiró a muchos texanos, tanto colonos de Texas como aventureros de los Estados Unidos, para unirse al ejército texano. Animados por el deseo de venganza, los texanos derrotaron al ejército mexicano en la Batalla de San Jacinto, el 21 de abril de 1836, poniendo fin a la revolución.
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