Mantener una relación requiere de estos tres ingredientes: ceder, comprender y esperar. Muchos otros requisitos se necesitan para que una relación sea sana y próspera, sin embargo estos tres son esenciales, aquel que quiere que todos vayan a su ritmo y no cede, ni comprende, ni espera va desgastando la relación, este es por supuesto un camino de doble sentido, como todo en las relaciones.
En la pareja, los hombres y las mujeres tenemos una concepción del tiempo diferente, la mujer se maquilla y arregla en “un minuto” femenino y el hombre se atrasó “un minuto” masculino en esa reunión que le impide llegar a tiempo al compromiso aquel. Así es. Imagínate si en la pareja no se cede, ni se comprende, ni se espera: la ruina total.
En las sociedades es igual, cada socio ve las cosas “de subida” para él y “de bajada” para los otros, cada quien considera su aportación mayor, por que le cuesta, que la de los demás. El que pone trabajo considera que el que puso capital no aporta nunca como él, y viceversa. Si uno falla jamás considera que falle tanto como el otro. “Yo llegué mas temprano que tu”, “yo conseguí ese cliente”, “yo te advertí que no lo hiciéramos (y no era miedo)” “yo siempre te aviso y tu nunca”… únicamente en donde se cede, se comprende y se espera se permanece.
Ánimo, todo es querer.
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