Gustavo Rosas

Reglas y más reglas.

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Hace algunos días, el flamante Secretario de Hacienda, entregó al Congreso mexicano la iniciativa del paquete económico para 2017. En términos llanos la propuesta incluye, como cada año, lo que el gobierno espera erogar (gasto público), los ingresos que piensa obtener y su procedencia (Impuestos y otras fuentes) así como la deuda que requiere.

 

Dentro del paquete económico, la parte que más esperamos los contadores (con impaciencia para estudiarla, para compartirla en el facebook y para sentir la adrenalina corriendo por nuestras venas) y los contribuyentes (con resignación para afrontarla) es la que se refiere a los nuevos mecanismos para calcular los impuestos, las nuevas y afiladas facultades de comprobación que tendrán las autoridades fiscales, las nuevas obligaciones para los contribuyentes, que faciliten la recaudación al SAT, y las escasas facilidades o estímulos que podamos aprovechar. Reglas y más reglas.

 

Cuando veo las redes sociales inundadas de artículos que hablan de lo que viene, me invaden preguntas como:

¿Vendrá dentro del paquete económico alguna estadística de cuántas horas hombre se invertirán en el año para tratar de aplicar nuevas disposiciones que se tienen que aclarar hasta el infinito en la Resolución Miscelánea y aún así no se entienden?

¿En la torre de cristal, en la que se diseñan las muy elaboradas reglas, habrán hecho alguna vez un Comprobante Fiscal para que un particular pague con un auto usado o para cobrar en parcialidades o para lograr que el contador del cliente se sienta conforme y libere el pago?

¿Los creadores de nuestro entramado fiscal sentirán gozo cada vez que redactan una norma que induce al error o que contribuye a la dificultad?

Si la contabilidad y la regulación del sistema bancario son un buen complemento para fiscalizar ¿es necesario que además tengamos tantos requisitos formales que nos han convertido en contadores y contribuyentes paranoicos?

 

Algún maestro me dijo alguna vez que en México estamos los mejores contribuyentes del mundo porque, sea lo que sea que nos exijan las autoridades, terminamos cumpliendo. Qué triste que cumplir reglas en exceso no sea un deporte olímpico, ni los norteamericanos, ni los rusos, ni los chinos nos verían el polvo.

 

 

Gustavo Rosas Goiz
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Lo mío es contar, por eso cuento lo que se cuenta. Lo que sé: cuenta.

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