Gustavo Rosas

Cumpleaños.

No quiero que pase el día sin dar gracias, Dios me ha concedido que el corazón siga latiendo otro año lleno de emoción y apasionado.

Creí de muy joven que en esta edad tendría todo resuelto, sin embargo confieso que, cuando me ato los zapatos cada mañana, con las manos temblorosas hago una oración para pedir la fortaleza que me permita enfrentarme a todo lo que me supera en capacidad cada día.

No tengo todas las respuestas, no las quiero, quiero únicamente que no se me olviden los sueños y que no se me escape la sonrisa inoportuna, esa con la que le doy la advertencia a las desventuras de que no me rendiré sin que haya lucha, les devolveré golpe por golpe.

No hay duda de mis heridas, este año he visto mis cicatrices cara a cara, me responsabilizo de sanarlas, son mías, y no culpo, aunque no lo entienda todo.

No pretendo ya que alguien crea que no he tropezado, sobre todo no pretendo creérmelo, ni trato de mantener todo sin mella, la vida no es así. Corté ya mis etiquetas y deseché las envolturas que todavía cargaba, ya venció el tiempo de la garantía y no hay devoluciones. Me enorgullezco por tener la maquinaria a medio uso, pero a un cuarto de kilometraje. Doy gracias porque encuentro belleza en las huellas del deterioro que ya no se pueden limpiar.

Ya no me angustio por no haber llegado todavía, no quiero que me defina la meta alcanzada, me he aficionado a la marcha apresurada y a los parajes novedosos, me gustan las charlas sinceras con los nuevos compañeros de viaje y la complicidad divertida con los amigos de siempre. Me alegra el viaje, me emociona. Doy gracias porque sigo viendo al frente mucho camino por recorrer.

Doy gracias por el rayo de sol, que mi persiana no puede tapar, porque no me deja seguir dormido y me desafía cada mañana para no esconderme de la vida, me recuerda que nacimos para estar de pie con las ramas extendidas y que después de cada helada seguiremos retoñando y dando frutos, inundados por esa chispa divina que nos permite compartir la vida en cada abrazo de amor.

Doy gracias por que todavía no soy indiferente a las lágrimas, doy gracias porque me emociona regalar flores a la novia de la que sigo perdidamente enamorado. Doy gracias porque veo nacer a mis hijos todos los días y me contagian de posibilidades y me mantienen encendida la esperanza.

Doy gracias porque sé de donde vengo y bendigo a los que me heredaron la forma de sonreír, así como el desparpajo festivo, el gusto por las palabras, la afición por la música, la valentía cotidiana, la determinación por el ideal y la inconsciencia atrevida.

Doy gracias porque me puedo ver de frente con la vida, ella sabe que no le voy a dar tregua. Doy gracias porque sigo encontrando amigos que quieren jugar conmigo en este patio de la vida. Te doy gracias a ti.

Le doy gracias a Dios porque me deja estar hoy y aquí con todos a los que amo dentro del corazón, vivos y presentes, le doy gracias porque me abraza cada noche, me lleva de su mano y me permite reconfortarme en su regazo.

¿Cómo no dar gracias en este día?

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Gustavo Rosas Goiz
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Gustavo Rosas Goiz
Lo mío es contar, por eso cuento lo que se cuenta. Lo que sé: cuenta.

One Reply to “Cumpleaños.

  1. Muchas felicidades hermano. Que Dios te siga bendiciendo y que te continues uniendo a la
    Familia como hasta hoy, sigue contando. Lo haces muy bien.

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